La última
vez que ayudé en ALCES (el sábado pasado) fue muy diferente a las otras veces.
El instructor no se presentó. Pues, era sólo una hora tarde. Todavía, durante
una hora, el otro tutor y yo éramos los maestros. Al principio, era aterrador,
y yo no sabía qué hacer. No obstante, silencié mis miedos e hice todo lo
posible para dar a los estudiantes una valiosa lección.
Para mi
sorpresa, la experiencia no fue horrible. Me di cuenta de que los estudiantes
de ALCES realmente quieren aprender. En su mayor parte, nadie les obliga tomar
esa clase. Ellos fueron acogedores hacia mí y estaban aceptando lo que les
enseñaba. No debería haber esperado algo diferente. Tengo que deshacerme de mis
suposiciones de que la mayoría de los estudiantes no quieren aprender. Esto
simplemente no es verdad en este caso.
También,
tengo que darme cuenta de que tengo conocimiento de que otras personas
necesitan. No puedo tener miedo de compartirlo. Creo que cuando me conseguir
estos objetivos, será aún más confianza en mi capacidad para enseñar y hablar
en español. Mi meta personal es superar mis prejuicios y ser más cómodo
hablando en frente de los estudiantes.
No comments:
Post a Comment